Cambio climático

Podemos ver como día a día se nos presentan múltiples innovaciones (ej. Coches eléctricos…)  que nos permiten satisfacer nuestras exquisitas necesidades sin alterar la naturaleza. Pero aunque nosotros estemos mentalizados de la necesidad de usar el transporte público, gastar menos agua, no abusar de productos que emitan CO2,… son nuestros gobernantes quienes no lo tienen tan claro.

Como se ha demostrado en la cumbre de Durban, es el dinero el que mueve las cartas y lo mismo da que lo que esté en juego sea un “negro” futuro para nuestros descendientes no muy lejanos. Es por este sucio juego por el que los países del este europeo llenan sus arcas vendiendo los derechos de emisión.  ¿Esto es una solución o el problema continúa? Por ahora esta cuestión se puede considerar inabordable, básicamente, por los métodos que proponen, que resumidamente consisten en que los países que emiten más gases de lo permitido le compren los derechos a los que reducen estas emisiones con fines lucrativos. Pero con una mínima reflexión nos damos cuenta de que aparentan hacer frente a los problemas pero termina siendo un engaño.

En mi opinión, si el “oscuro” dinero que ganan estos países se invirtiera en el desarrollo y uso de energías alternativas y se suprimieran todos aquellas prácticas que provocan la destrucción del planeta, se podría hablar de que se están poniendo en práctica medidas verdaderamente efectivas.

Aunque únicamente cuando quien gobierne mire por el futuro y no por su presente, será cuando se esté en condiciones de resolver este problema.

Marina Hernández