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Un sexo ficticio

Un sexo ficticio

Todo el porno es sexo pero no todo el sexo es porno. Es algo que muchos jóvenes no saben diferenciar por culpa de la gran desinformación que existe. Las escuelas carecen de educación sexual por culpa del tabú que genera el porno. Los estudios nos confirman que el porno, es consumido cada vez por un público más joven.

El cerebro adolescente no está preparado para consumir este tipo de contenido dedicado a los adultos. Los pequeños no saben separar lo ficticio de lo rea. En un futuro, les puede provocar un conflicto con otras personas al mantener relaciones sexuales. Esto es debido a que en la pornografía predominan unos determinados estereotipos. A esto se le suma que en la escuela o en el instituto, no es nada común hablar sobre porno. Del sexo se habla en alguna charla informativa. Pero esta educación debe venir desde casa. Los padres (según los sexólogos) deberían sentarse a hablar con sus hijos sobre estos temas. Algunos de lo expertos como la doctora Debbt Herbenick, psicóloga de la Universidad de Maryland, (EEUU), aseguran que aunque es un momento embarazoso, estas conversaciones evitan las probabilidades de que los hijos mantengan relaciones sexuales a la ligera y con poca cabeza. Cuanta más educación sexual reciban los niños, más informados estarán y menos vergüenza desarrollarán entorno al sexo. Por tanto, cuanto antes se empiece a hablar sobre la sexualidad en casa, mejor, asegura la doctora Herbenick.

En conclusión, en vez de prohibirlo, los padres y educadores deberían hablar sobre el sexo como un tema natural, como lo que es. Aunque sentimos vergüenza y tenemos un poco de miedo al mantener estas conversaciones, debemos vencer estos dos sentimientos y debemos vencer este tabú.



África García
1ºBT

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