¿Deberes sí o no?
El pasado mes de noviembre una de las asociaciones nacionales de padres y madres convocó una huelga de deberes. A partir de ahí estalló la polémica y los medios de comunicación se llenaron de artículos de opinión, comentarios, tuits o memes que trataban el asunto. Documéntese un poco, reflexione, considere ejemplos extraídos de su propia experiencia vital y exprese su opinión acerca de tan polémico asunto. ¿Las tareas son necesarias?¿Lo son en todos los niveles?¿En todas las asignaturas?¿Constituyen un castigo para los padres. Aquí puede encontrar artículos relacionados con el asunto:
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/12/16/actualidad/1481904945_360479.html
http://www.elmundo.es/sociedad/2016/09/23/57e43df8468aeb911e8b45a6.html
http://www.elmundo.es/sociedad/2016/11/05/581d038a46163fb46d8b45f8.html
1 comentario
María Isabel Salazar Menor -
Como todo, los deberes deben mandarse en su justa medida. Creo que son necesarios, ya que crean un hábito diario que es bueno para la futura organización de los niños. En lo que sí estoy de acuerdo, es que en ocasiones son excesivos, y no lo digo por mí, sino por los niños pequeños, y hablo desde la experiencia. Tengo una hermana en tercero de primaria, y algunas (por no decir muchas) tardes ha estado hasta la hora de la cena haciendo deberes, con la ayuda de mis padres. Otro punto es este, el papel de los padres en los deberes. Pienso que si bien ellos no deben bajo ningún concepto realizar las tareas, si deben brindar su apoyo a su hijo y sentarse a su lado si lo necesita en algún momento. Pero lo que no deben hacer es, ni resolver las tareas, ni ejercer de profesor. Muchos niños llegan a casa, abren el libro y se encuentran con ejercicios que no entienden, por lo que recurren a los padres. El hecho de que haya padres que hayan decidido ponerse en huelga y decirles a sus hijos: tú ya no haces más deberes me parece una falta de respeto hacia los profesores, porque además de estar restándole autoridad al docente, no creo que le estén haciendo ningún favor a la educación de sus hijos. La clave estaría, nuevamente, en alcanzar un término medio: los profesores mandan lo que ellos crean correcto y adecuado en base a la edad del niño y sus capacidades en cada etapa, y los padres se comprometen a no desautorizar a los profesores, ofreciendo una buena educación a sus hijos en su formación y en el trato hacia los demás.