LO QUE NO VEMOS
Comer alimentos ricos en azúcar se ha convertido en una adicción casi como el fumar o las drogas. Desde pequeños nosotros mismos hemos elegido antes un alimento con alto porcentaje de azúcar que otro alimento que no, si bien esto conlleva consecuencias. Enfermedades dentales, como las caries, la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer de páncreas… entre otras. Decimos que el papel de los padres en este asunto es fundamental. Los padres deben transmitir al niño bases y rutinas alimenticias. Pero ¿realmente somos nosotros los culpables del problema? Y es que la respuesta es no. En las bebidas, en los lácteos, en productos infantiles y hasta en los dietéticos encontramos azúcar, y es que éste está presente en todo tipo de alimentos, incluso en aquellos en los que no sospecharemos. Las industrias del azúcar llevan años manipulando la ciencia para obtener más beneficio económico, se introdujeron más métodos de salud pública que redujeron el daño del azúcar en vez de restringir su consumo, además de anular varios experimentos que relacionan las enfermedades cardíacas con el consumo de azúcar. También esta industria pagó a Harvard para ocultar sus efectos negativos.
Ante esto debemos tomar precauciones y estar informados sobre los alimentos que ingerimos. Existen muchas webs que nos proporcionan informaciones fiables sobre dietas equilibradas que podemos ajustar e introducirlas en nuestro día a día, así poder fomentar y advertir los peligros de esta gran moda adictiva moderna.
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