SEXO, JÓVENES, EDUCACIÓN Y PORNO
Gran cantidad de jóvenes acceden a la pornografía antes que a sus propias experiencias sexuales porque este tipo de material online no tiene restricciones a menores. Los adolescentes suelen utilizarlo como una herramienta para excitarse o sentir placer. Lo que realmente ofrece el porno es un modelo sexual social.
El porno es denigrante, machista y falso y en él se perciben continuas faltas de respeto a los cuerpos en relación al tamaño de sus genitales o los papeles de hombres y mujeres. Estos están claramente diferenciados: la mujer tiene un rol sumiso mientras que el hombre un rol dominante y los personajes son muy activos y eficaces sexualmente.
Los jóvenes inexpertos piensan al ver pornografía que “si en todos los vídeos sucede lo mismo, será que se hace así”, “si todas las mujeres disfrutan haciendo esto, será que es lo más les gusta” o “si los hombres se comportan así, será la forma correcta de comportarse”. La mayoría desconoce que el porno crea ciertos estereotipos sobre la sexualidad que no son reales y que puede afectarles en sus relaciones personales porque se crean altas expectativas que en la vida real nunca van a ser alcanzadas.
El 88% de los adolescentes recibe información confusa o falsa sobre el sexo a medida que va creciendo, por ello es necesario dotar a los jóvenes de los conocimientos necesarios y normalizar las relaciones sexuales. La educación sexual es la única herramienta que puede cambiar su visión acerca del porno.
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