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Víctimas y sospechas

Víctimas y sospechas

Vivimos bombardeados por la temática del sexo (en anuncios, medios, películas e incluso música), siendo a la vez un tema tabú. Con internet y el amplio mundo de la pornografía como referente sexual para los jóvenes -y no tan jóvenes- no es de extrañar que se hayan normalizado ciertas prácticas, situaciones y actitudes perjudiciales. Aparte de establecer unos cánones físicos, se objetiviza a la figura femenina, disfrazan las violaciones como algo normal, se sexualiza las relaciones lésbicas y un largo etc. De ahí que cuando sucede en la vida real uno pueda llegar a leer el argumento de: "la chica lo estaba buscando porque era su fantasía" ante la violación de un grupo de hombres a una muchacha durante los San Fermines de hace ya unos años.

Cuando hablamos la violación y el acoso sexual, siempre nos viene a la cabeza la típica imagen del callejón por la noche. Tendemos a olvidar que no solo suelen ocurrir en nuestro entorno más cercano de familiares y amigos, sino que también hemos asimilado como normal cuando proviene de nuestra pareja. A lo largo de los años se ha dado por supuesto que debemos satisfacer a esta, independientemente de lo que queramos nosotros, y eso también es una violación aunque cueste más darse cuenta y aceptarlo. Suele darse más a menudo en parejas heterosexuales por una cuestión de romantización del amor tóxico y dependiente, pero tampoco se libran el resto de relaciones homosexuales, como el reciente caso de la cantante Melanie Martínez, acusada de abusar sexualmente de una de sus mejores amigas.

¿Cómo podemos solucionar esto? Todo se reduce a una educación temprana que desmienta todos estos mitos, que ayude a construir relaciones sanas basadas en la confianza y en la comunicación. No solo eso, sino que tambíen se debe enseñar a respetar los límites, los "no”. Y sobre todo, a no pensar que todo se reduce al sexo, eliminando así presiones como la que tienen muchos jóvenes varones con respecto a perder la virginidad, actitudes machistas como los piropos callejeros, la sexualización o el considerar a la mujer como un objeto que está solo para satisfacer. Incluso parar el consumo de pornografía, pudiendo eliminar así una de las industrias con mayor número de abusos y violaciones existente, junto con la trata de personas para fines sexuales. En definitiva, la solución consiste en ir deconstruyendo está sociedad para construir una nueva que no esté cimentada en las bases del patriarcado sino en la más absoluta igualdad.

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