La realidad de la política
En mi opinión lo que hicieron Hitler y Mussolini no se podría olvidar nunca debido al daño que causaron. Pero eso no significa que haya personas que no quieran seguir con una política parecida a lo que hicieron. Por ejemplo, Joerg Haider, es el líder del Partido de la Libertad en Austria. Este alaba a Hitler porque está en contra de los inmigrantes. Al principio había quienes se manifestaban por sus comentarios xenófobos y escépticos, pero en unas elecciones donde tuvo mucho apoyo ya no hubo manifestaciones contra él. También Jair Bolsonaro, que es quien ha ganado las elecciones en Brasil, tiene muchos comentarios homófobos y racistas y se arrepiente de que no mataran a sus enemigos cuando podían, en vez de torturarlos. Y aun así ha ganado las elecciones. Lo mismo ocurre en E.E.U.U. donde Donald Trump ha tenido también comentarios de ese estilo.
A mi me parece una barbaridad que a quienes se suponía que les debían haber inculcado valores de tolerancia, de que nadie es mejor que nadie, ni por su color de piel, ni por su cultura, ni por su religión, ni por sus gustos sexuales, sean las personas que están metidas en el mundo de la política y liderando algunos países. Se supone que deben enseñar esos valores no justo lo contrario.
En España existe un partido (VOX), racista y homófobo, en el que están afiliados en este momento unos 10.681 españoles cuyo presidente es Santiago Abascal quien dice “No tengo ningún problema con el color de las personas sino con lo que tienen dentro de la cabeza.” Yo creo que los que están afiliados a este partido, no piensan eso, estos son racistas, radicales, homófobos y muchos machistas. En mi pueblo cada vez hay más personas que pertenecen a VOX y eso, a mi desgraciadamente, no me sorprende. Y espero que nunca pase lo que ha ocurrido en Brasil, pero cabe la posibilidad de que eso ocurra. Y viendo como han crecido en poco tiempo los afiliados a este partido puede que ocurra relativamente pronto.
Sinceramente, cada vez estamos retrocediendo más, en vez de avanzar y crear una sociedad libre de prejuicios y de intolerancia sobre otras personas. No estamos restringidas por nuestro género, ni por nuestro color de piel, ni por nuestra orientación sexual. Y me da mucha pena aquellos a los que no se les ha inculcado sobre todo el valor de tolerancia y tampoco les han enseñado a tener una mente abierta. A mi, por suerte, me los han inculcado y estoy muy agradecida por ello.
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