Sexo, jóvenes, educación y porno
Ni las películas de la saga “Fast & Furious” están creadas para aprender a conducir, ni la pornografía está pensada para aprender a mantener relaciones sexuales. Por definición, la pornografía es la filmación, fotografiado y exposición de manera explícita de relaciones sexuales. En ningún sitio pone que haya que tomarla de ejemplo o haya que tratar de imitarla, entonces, ¿por qué los jóvenes lo hacen?
Casi con total seguridad, podría decir que es la única educación sexual que reciben y no es buen ejemplo, porque muestra un tipo de relación monótono y da a entender que a todos y todas les gusta lo mismo y lo que ellos muestran es lo que hay que hacer para hacerlo bien, además incita a estas generaciones a pensar que hay dos tipos de sexo, el que se mantiene en pareja, que es amor romántico y el que se mantiene fuera de una pareja sentimental, que es sin sentimientos y en el que importa más la cantidad que la calidad.
Siguiendo con cómo practican el sexo en el porno, con el paso de los años han aumentados las escenas más impactantes. Un estudio de la Universitat de les Illes Balears concluye que los adolescentes que consumen este porno más violento, en el futuro tienen más probabilidades de vincularse a agresiones sexuales.
El cine para adultos no muestra la realidad de mantener relaciones sexuales, no hablan de ETS, ni de gatillazos, ni de planes que no salen bien y ni mucho menos de lo que viene antes de llegar a mantener sexo con otra persona.
Además la variedad estética de los protagonistas de estas películas es muy limitada. Por lo que la anatomía comparativa está muy presente y su público adolescente puede salir mal parada en esa incorrecta pero inevitable comparación.
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