¿Cómo nos cambiará la pandemia?
¿Cómo será nuestra vida después de la pandemia? ¿Cuántos serán los cambios que se produzcan? ¿Seremos capaces de afrontar las consecuencias que supone? La mayoría nos estamos planteando estas preguntas desde que a finales del mes de enero apareciera el COVID-19 en España. Nos aterra pensar en el gran cambio que supone esta pandemia en todos los sentidos. Los seres humanos no estamos acostumbrados a estar confinados en casa o a que nos modifiquen nuestro rol y nuestra rutina diaria.
El coronavirus nos ha cambiado tanto en la forma de pensar como en la forma de vivir. Ahora la sociedad debe respetar una serie de reglas, obligatorias para todo el mundo, destacando el uso de la mascarilla, la distancia social o el lavado continúo de manos. Necesitamos ser conscientes del gran riesgo que supone este virus. No es una broma ni mucho menos algo inventado como afirman los negacionistas. Es bastante serio y real, deberíamos tener más presente el riesgo que corremos y la cantidad de muertes y contagios que cada día están aumentando en nuestro país. Este virus lo paramos entre todos.
A partir de ahora, la sociedad no será como la de antes, al igual que la forma de convivir y de relacionarnos. Se producirá una reducción de aforo en establecimientos tanto públicos cómo privados, además de las normas de convivencia que ya estamos siguiendo. El tipo ideal de ciudadano necesario en este momento es uno responsable, que siga las pautas establecidas por el Gobierno y sirva de ejemplo para los demás irresponsables que aún sigue habiendo.
La sanidad, la educación, la economía, en general, se han visto muy afectados, incluso el país que ahora no está en su mejor momento ni económico ni social. Todos se deberán acostumbrar a los cambios y tendrán que mejorar principalmente sus tecnologías como ordenadores, wifi, etc. Debido a que la sociedad en un futuro girará en torno a esta nueva era como hemos podido comprobar en el confinamiento con el teletrabajo en casa y las videollamadas. Para ello deberían de invertir más en sanidad principalmente y en los demás sectores.
Tenemos la esperanza de que cuando llegue la vacuna podremos empezar nuestra nueva normalidad. Todo cambiará para bien y con el esfuerzo de los gobiernos y de la sociedad llegaremos a un punto en el que podamos estar viviendo de la mejor manera. Hay que ser optimista siempre, aunque todo sea bastante difícil o complicado.
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