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Violencia machista

Resulta increíble que en la actualidad, en una sociedad basada en el respeto y la igualdad entre la mayoría de los ciudadanos, aún se den casos de abusos de todo tipo. Frecuentemente oimos nuevas noticias, nuevos casos de todos los lugares del mundo de la llamada violencia de género. Este término afecta tanto a hombres como a mujeres, pero la triste realidad es que en la mayoría de los casos de abuso es el hombre quien ejerce la fuerza para dominar a la mujer, quizás por estar mejor capacitado físicamente o por sentirse más valiente, pero es así. El simple hecho de que una mujer no haga lo que un hombre quiera ha sido causa de muchas tragedias.

Sin ir más lejos, hace no mucho tiempo, el día de San Fermín un grupo de hombres claramente desequilibrados mentalmente, quizás por la gran cantidad de alcohol y de drogas que se manejan hoy en día, violaron a una chica de 18 años. Tras denunciarlo y encerrar a los agresores el caso ha continuado con testimonias de uno y otro bando. Lo más extraordinario es la defensa de los cinco hombres, que justifican sus hechos diciendo que “Ella no se opuso”. Esto nos lleva a otro debate importante: ¿El hecho de que una chica sea un poco suelta se lo pase bien contigo quiere decir que puedes mantener una relación sexual con ella en ese mismo momento? De nuevo, por culpa del alcohol esta joven no se encontraba en las mejores condiciones, de ahí que fuera más atrevida de lo que posiblemente habría sido en condiciones normales con los hombres, pero en ningún momento ella afirmó que quisiera acostarse  con ninguno de ellos. Volviendo al caso, los cinco inculpados contrataron un detective para estudiar si la chica continuaba con su vida normal y en cierto modo lo único que quería era hacer un drama de algo más pequeño. ¿De verdad creen que una persona puede desear que abusen de ella de tal manera, ser tratada como si fuera un ser inanimado? La realidad no es como la pintan en muchas películas porno de las que hoy se encuentran en un abrir y cerrar de ojos por internet. No vivimos una vida de excesos y de placeres sin límites, sin importar las consecuencias que una acción pueda tener sobre tu día a día.

Por otra parte, los comentarios que se realizan a menudo cuando se conocen estos hechos determinan la forma de ser de muchas personas. “Es que iba provocando”, “¡Cómo puede salir así de casa!”… ¿Acaso no vivimos en un país libre para vestirnos como nos dé la gana? ¿Existe alguna ley que prohíba ir con escote o con pantalones que resalten el culo? Que yo sepa esto no es así, por eso todo el mundo debe conocer sus límites en muchos sentidos. Primero, saber lo que debemos decir, saber que si han violado a una chica no ha sido por culpa de que haya enseñado un poco de más los pechos, sino que la culpa es de quien comete el acto sin el consentimiento de la otra persona. También, conocerlos límites que debemos tener en una relación, tanto no hacer nada con la otra persona si esta no está de acuerdo como no verse forzado a hacer algo si la otra persona te lo pide. Se puede decir que no, puede ser que no estemos preparados. En el momento en que obligamos a la otra persona a hacer algo contra su voluntad estamos llevando a cabo una violación de su libertad y de su derecho a hacer lo que quiera.

Los estereotipos creados en la actualidad en canciones que simplemente hablan de sexo, en películas que muestran el amor ideal y en la pornografía donde todo es exagerado e irreal no deben confundirse con la realidad. Debemos recordar que el silencio no es un sí.

Iván Correas Rincón

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