Educación en pandemia
Han sido innumerables las veces que durante estos cincuenta días de confinamiento he escuchado expresiones como:-Entonces que..¿ya tenéis vacaciones no?; Os quejareis vosotros, ¡todo el día sin hacer nada!, claro cómo os han cerrado los institutos-; por parte de adultos. Supongo entonces que no tendrán hijos.
En esta pandemia todos los que formamos parte del sistema educativo, tanto nuestros padres y profesores como nosotros mismos, nos hemos visto obligados a cambiar totalmente nuestra forma de trabajar, de aprender en sí, y en muchos casos puede no haber resultado del todo beneficioso. ¿Qué podemos decir de esos padres que se han visto forzados a convertirse en profesores tras largas jornadas de trabajo? Pues bien, no todos han podido quedarse en casa con sus hijos. Muchos progenitores no estaban preparados,su nivel de formación no les permitía ayudar a sus hijos con materias como inglés o matemáticas. También deberíamos destacar esos pequeños que no tienen acceso a internet porque la situación económica de sus padres no se lo permite. ¿Cómo entonces van a realizar las tareas? Es más, realmente estas tareas son tan necesarias. En cursos más avanzados de secundaria o bachillerato la respuesta es indudable, sí, son indispensables para que el alumno pierda el mínimo posible de contenidos adquiridos, ¿pero en el caso de niños de infantil y primaria?
He visto en primera persona el caos y el estrés que supone esto para personitas tan pequeñas, mi hermana más pequeña,por ejemplo, con 9 años debe entregar una serie de deberes diariamente, que mis padres sin embargo, no pueden ayudar a hacer, pues ambos son trabajadores esenciales y sus horarios laborales les impiden dedicar toda la mañana o toda la tarde a explicarle los deberes a su hija.Con todo, nos hemos adaptado lo más velozmente posible. La mayoría de profesores se ha involucrado al máximo mediante videoconferencias, clases online y videos explicativos, poniendo a nuestra disposición todos los recursos que tenían a mano. Sin embargo ¿como deberían evaluarnos? ¿Realmente hemos adquirido todos esos conocimientos? ¿O simplemente hemos copiado, pegado y enviado un sinfín de información que solo permanecerá en nuestro cerebro hasta que pulsemos la tecla de enviar? Además se nos plantea la cuestión de retomar las clases. Ni la pandemia ni el miedo han desaparecido aún.
No creo que la educación online sea la mejor metodología pedagógica, sin embargo, volver a impartir clases presenciales tampoco. Mas sin las medidas de protección adecuadas;estamos viendo diariamente como miles de sanitarios se contagian debido a la falta de medios y ¿entonces qué sentido tiene si congregamos a más de un tercio de la población española en lugares cerrados y sin los equipos de protección necesarios? Creo que lo único que supondría sería un rebrote de esta dura pandemia, tan repentina que incluso nos ha llevado a plantearnos si realmente nuestro sistema educativo es eficaz o no.
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