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Covid19 y educación

Educación en pandemia

Educación en pandemia

Han sido innumerables las veces que durante estos cincuenta días de confinamiento he escuchado expresiones como:-Entonces que..¿ya tenéis vacaciones no?; Os quejareis vosotros, ¡todo el día sin hacer nada!, claro cómo os han cerrado los institutos-; por parte de adultos. Supongo entonces que no tendrán hijos.

En esta pandemia todos los que formamos parte del sistema educativo, tanto nuestros padres y profesores como nosotros mismos, nos hemos visto obligados a cambiar totalmente nuestra forma de trabajar, de aprender en sí, y en muchos casos puede no haber resultado del todo beneficioso. ¿Qué podemos decir de esos padres que se han visto forzados a convertirse en profesores tras largas jornadas de trabajo? Pues bien, no todos han podido quedarse en casa con sus hijos. Muchos progenitores no estaban preparados,su nivel de formación no les permitía ayudar a sus hijos con materias como inglés o matemáticas. También deberíamos destacar esos pequeños que no tienen acceso a internet porque la situación económica de sus padres no se lo permite. ¿Cómo entonces van a realizar las tareas? Es más, realmente estas tareas son tan necesarias. En cursos más avanzados de secundaria o bachillerato la respuesta es indudable, sí, son indispensables para que el alumno pierda el mínimo posible de contenidos adquiridos, ¿pero en el caso de niños de infantil y primaria?

He visto en primera persona el caos y el estrés que supone esto para personitas tan pequeñas, mi hermana más pequeña,por ejemplo, con 9 años debe entregar una serie de deberes diariamente, que mis padres sin embargo, no pueden ayudar a hacer, pues ambos son trabajadores esenciales y sus horarios laborales les impiden dedicar toda la mañana o toda la tarde a explicarle los deberes a su hija.Con todo, nos hemos adaptado lo más velozmente posible. La mayoría de profesores se ha involucrado al máximo mediante videoconferencias, clases online y videos explicativos, poniendo a nuestra disposición todos los recursos que tenían a mano. Sin embargo ¿como deberían evaluarnos? ¿Realmente hemos adquirido todos esos conocimientos? ¿O simplemente hemos copiado, pegado y enviado un sinfín de información que solo permanecerá en nuestro cerebro hasta que pulsemos la tecla de  enviar? Además se nos plantea la cuestión de retomar las clases. Ni la pandemia ni el miedo han desaparecido aún.

No creo que la educación  online sea la mejor metodología pedagógica, sin embargo, volver a impartir clases presenciales tampoco. Mas sin las medidas de protección adecuadas;estamos viendo diariamente como miles de sanitarios se contagian debido a la falta de medios y ¿entonces qué sentido tiene si congregamos a más de un tercio de la población española en lugares cerrados y sin los equipos de protección necesarios? Creo que lo único que supondría sería un rebrote de esta dura pandemia, tan repentina que incluso nos ha llevado a plantearnos si realmente nuestro sistema educativo es eficaz o no.

Educación en pandemia

Educación en pandemia

El 13 de Marzo el Gobierno declaró el estado de alarma debido al covid 19. Desde ese día el modo de enseñanza cambió por completo. A partir de ese momento apareció una nueva situación educativa. Los profesores comenzaron a mandar trabajos y a impartir clases por videoconferencia para intentar conservar el ritmo de estudio de las clases presenciales. Al ser una situación nueva a la que nadie estaba acostumbrado, al principio resultaba difícil para los profesores, medir la cantidad de trabajos y para los alumnos organizarse y adaptarse a la forma de trabajar que se proponía en cada asignatura.


A menudo nos preguntamos si estos meses de clases a distancia han sido útiles, y la respuesta depende de muchos aspectos. Uno de ellos es la situación de cada alumno, hay personas que aprenden más trabajando por sí mismos y que apenas les ha afectado esto. Por el contrario, otros no disponen de los medios tecnológicos para trabajar online, aunque los centros educativos y los ayuntamientos han hecho lo posible por ayudar en este aspecto.


Los profesores encuentran múltiples dificultades a la hora de llevar a cabo su labor docente, como por ejemplo, controlar los exámenes online. Por parte de la administración se plantea la cuestión de si los alumnos estaban aprendiendo del mismo modo que lo hacían en la enseñanza presencial. Por todo esto, el Gobierno determinó eliminar la tercera evaluación y utilizar ésta para recuperar y subir nota. 
Tras 2 meses de confinamiento la situación ha mejorado gracias a la capacidad de adaptación que tenemos las personas, pero aún así, la educación no ha vuelto a la normalidad, lo hará únicamente cuando regresemos a las aulas el curso que viene, puesto que con la enseñanza a distancia se pierden muchos aspectos como la relación social con los compañeros y profesores.


La solución será reforzar el año que viene los contenidos pendientes en la tercera evaluación, pero ésto sólo será válido para los cursos que continúan en la misma etapa educativa. Los que cambian de etapa deberán hacer un esfuerzo e implicarse ellos mismos en su propio aprendizaje. 

Educación en pandemia

Educación en pandemia

Cuando tengo mucho que memorizar, necesito cambiar continuamente de lugar de estudio porque me aburro y me distraigo con una facilidad increíble. Me ocurre lo mismo cuando tengo todo un día por delante; me concentro mejor cuando tengo otras tareas que atender y sitios a los que ir, porque entonces pienso: tengo una hora para memorizar esto. Y me siento, y me concentro lo máximo posible durante ese periodo de tiempo corto, y así es como funciono; estudiando en viajes, durante la noche, al volver de la calle o una hora antes de marcharme. Por eso no soporto quedarme en casa durante época de exámenes; necesito salir y despejarme. Desde hace casi dos meses, los alumnos y los no-alumnos estamos aislados por culpa de la pandemia del Covid-19; dos meses sin clases presenciales, estudiando por nuestra cuenta y adelantando materia gracias a soportes online tales como zoom y google hangouts.

El gobierno ha tomado, bajo mi punto de vista, la mejor medida posible; que la nota de la tercera evaluación sea la media entre las dos primeras, y que el trabajo hecho durante estos meses sirva únicamente para subir nota. Hay que tener en cuenta que no todos los alumnos tienen las mismas posibilidades a la hora de recibir clases online; hay quienes no tienen acceso a internet, o tienen un ordenador que está estropeado (o no lo tienen), o que no pueden imprimir apuntes. Que estemos encerrados y tengamos más tiempo libre no es excusa para mandar el doble de tarea, porque estudiar y hacer trabajos mañana y tarde todos los días, sin poder salir y cambiar de aires, se hace psicológicamente agotador después de dos meses. También hay que pensar en el entorno en el que vive cada alumno; padres que discuten, familias ruidosas y casas pequeñas son un impedimento para rendir con normalidad.

Sin ir más lejos, pongo el ejemplo del piso en el que vivo; es pequeño y mi familia es inquieta y tiende a hablar alto, y por ello tengo que encerrarme en la terraza si quiero silencio, o estudiar y hacer los trabajos de noche, cuando todos están dormidos. Hay quien no tiene esa suerte, y ni siquiera tiene una terraza a la que salir para que le dé el aire. No podemos olvidar que, después de todo, estamos en una pandemia. Es una situación extraña y difícil, y bajar el nivel de exigencias mientras se repasan contenidos y se adelanta materia es lo más acertado que podría haberse hecho. 

Educación en pandemia

Educación en pandemia

Hace más de mes y medio que estamos confinados en nuestras casas. Este virus está teniendo repercusiones a nivel político, social, económico y educacional. Con respeto al ámbito del aprendizaje ha supuesto una traba para todos los estudiantes, que no podrán asistir a clases y por lo tanto, la materia que quedaba por dar está siendo explicada a través de distintos métodos, como vídeos, videoconferencias, por escrito, por correos… En especial, la situación está afectando mucho más a los estudiantes de 2º Bachillerato y FP. ¿Cómo explica un profesor de matemáticas vectores en el plano a través de una pantalla?


Se tomaron medidas de un día para otro, sin un margen de tiempo y al inicio del confinamiento los profesores aún no tenían claro cómo iban a impartir su asignatura. Para los alumnos de bachillerato fue bastante más complicado porque se nos pasaron por la cabeza millones de cosas, “¿cómo acabaríamos el temario?”, ¿qué pasaría con EBAU? además de los bulos que íbamos oyendo. Tiempo después, el profesorado comenzó a buscar soluciones y una parte de ellos, decidieron  llevar a cabo las clases a través de videollamadas, utilizando inmobiliario y convirtiéndolo en pizarras, trípodes… con el fin de facilitar el aprendizaje lo máximo posible. Otros, se han dedicado a atosigarnos con trabajos, y no cortos , sino que están formados por 20 preguntas, incluyendo comparaciones y comentarios de texto.  Entendemos que no hay otra forma de evaluarnos, pero me parece muy injusto que materias optativas o a las que no nos vamos a presentar a EBAU nos estén robando un tiempo muy valioso. 
Nos encontramos ante un momento extraño, pero al que cada vez más nos estamos acostumbrando. Es difícil dar las clases a través de distintas aplicaciones, unos utilizan meet, otros el hangout, classroom, lo cual también nos acaba frustrando. Por no hablar de los horarios, que han sido establecidos por nosotros mismos. Eso hace que algunos profesores al querer explicar algo en una hora de clase suya, les sea imposible porque dicha hora ya está ocupada. 


Es la primera vez que nos enfrentamos a una EBAU y curso escolar distinto, por ello hay que recordar el sacrificio y esfuerzo que están haciendo muchos profesores por aprender a utilizar las nuevas tecnologías. Tienen mucho mérito y se debería reconocer porque muchas veces su trabajo se infravalora. Además, hay que mencionarla ayuda de nuestros familiares más cercanos que nos han estado apoyando  y tranquilizando en todo lo posible. 

Educación online

Educación online

Desde el mes de febrero, España ha cambiado mucho. Tras la declaración depandemia por la OMS, la situación empeoró. Nuestro país ha estado encabezandola lista de los países más afectados por COVID-19. Con más de 200.000 infectadosy superando a los 25.000 muertos, los cuáles deberían ser nombrados y no unacifra. Además, cada día eran contagiadas más de 2.000 personas y morían casi900.El 16 de Marzo, el Gobierno de España declaró el Estado de Alarma debido a la situación ante la que nos encontrábamos. No podíamos salir a la calle, únicamentepara ir a trabajar, en caso de que fuese un trabajo esencial o para comprar lo necesario. Los colegios, institutos y universidades se cerraron por el riesgo deaglomeraciones. Muchos expertos dijeron que era necesario ese cierre para evitar mayor propagación del virus. Sin embargo, quizás fue tarde.Los sanitarios estaban desbordados, no tenían recursos para protegerse y tampocopara salvar a las personas que llegaban al hospital. La comunidad de Madrid,habilitó el Recinto ferial de IFEMA para los pacientes más leves. La UME, con ayudade otros cuerpos del Ejército consiguió adecuar aquel lugar para albergar a más de 5.500 pacientes y 500 camas de UCI. Además, fue necesario montar variasmorgues como El Palacio del hielo.A nosotros, solamente nos pidieron que nos quedáramos en casa.

Acostumbrarse a la situación no fue fácil. La solidaridad fue la única voz que teníamos. Las fábricas textiles comenzaron a hacer mascarillas para los sanitarios, Epis, pantallas conimpresoras 3D,etc. Incluso, salimos todos los días a las 8 a nuestros balcones aaplaudir la labor de todos los sanitarios, transportistas, cajeros, reponedores,cuerpos de seguridad. Sin olvidarnos de los vigilantes de seguridad. Lo merecen ysiempre les estaremos muy agradecidos. Los centros de investigación, fabricaronrespiradores para suplir la falta de material. No estábamos preparados para todo lo que venía.Todos los trabajadores tuvieron que quedarse en su casa. Muchas familias acudieron a comedores solidarios porque el dinero que tenían ahorrado solo les servía para pagar su casa. Muchos empleados están en ERTE y otros en el paro. El Gobierno tomó ciertas medidas para los autónomos, así evitaba el desplome detodo el trabajo que habían realizado. Estamos en esta situación para proteger nuestra salud. Independientemente del partido político que esté al mando, nadie se había enfrentado a esta situación.

Pero, ¿qué ha pasado con la educación desde que fueron cerrados los centrosescolares? Todos nos hemos adaptado a la nueva forma de enseñar, aunque no verifique si estamos aprendiendo. Desde la declaración del Estado de alarma, todo ha sido un caos. Los profesores no sabían cómo manejar las plataformas deinternet para crear una videoconferencia o colgar las tareas. Han sido semanas de mucha incertidumbre para todos. La idea de poder seguir con la educación a travé sde internet es muy buena, pero no todos los niños tienen acceso a las nuevastecnologías. Sin embargo, los docentes, han hecho todo lo posible para que todossigamos con nuestra educación. Para un profesor, es muy difícil saber si los alumnos siguen aprendiendo osimplemente copian de sus apuntes. Ellos solo pueden fiarse del alumno.

Seguramente, estas medidas no serán muy eficaces porque no estamos ante unasituación normal. En mi caso, me preocupa el próximo año, no sabemos sipodremos asistir a las clases en Septiembre, si serán semipresenciales o seguirán siendo online. Los docentes están haciendo todo lo posible para que nadie se quedeatrás. Ellos, aunque desde casa, siguen trabajando. Siempre han sido un sector muy perjudicado, porque los niños no eran el problema sino los padres. Aunque la situación sea complicada, he aprendido mucho. No solo en el ámbito académico, también en el personal. Para mí, lo material ya no es tan importante, me importan mi familia y amigos. Sobre todo mis abuelos, a los que seguramente tardemucho en abrazar. Nos llevamos una lección, donde hemos reconocido que en sanidad y educación nunca podemos recortar. Además, hemos tomado conciencia de que las nuevas tecnologías son el futuro y ha abundado la solidaridad yhumanidad, aspectos que carecen normalmente. Pronto podremos disfrutar denuestras ciudades y pueblos, aunque en una nueva normalidad.

Educación en pandemia

Educación en pandemia

La crisis provocada por el coronavirus no es una moneda de una sola cara. La difícil situación actual también tiene un lado positivo, más allá del confinamiento y los contagios, que tan presentes tenemos en las noticias. Es increíble la capacidad que tiene la gente para unirse en los peores momentos, y esta pandemia está consiguiendo que valoremos lo realmente importante. Aquellas profesiones que siempre estuvieron a nuestra disposición y nunca dimos importancia solo por el hecho de tenerlas, son ahora más relevantes que nunca, y están empezando a ser reconocidas. No me refiero únicamente al personal sanitario, soldados de primera línea en esta guerra contra el virus, que con todas sus fuerzas combaten cada día a pesar del esfuerzo que supone, jugándose la vida para frenar la curva de infectados. También me refiero a cajeros, celadores o repartidores, trabajos infravalorados que ahora resultan ser esenciales. 


Otro trabajo decisivo y necesario al que no se le otorga la importancia que merece es el de profesor, y ahora es cuando más se les necesita. La educación ha tomado un papel importante en el panorama actual, debido al cierre de todas las escuelas del país. La cuarentena nos obliga a permanecer en casa por motivos de seguridad, y a pesar de ello, no podemos paralizar las clases y realizar un parón general en el proceso educativo. Como alumno de secundaria al que le ha tocado vivir esta extraña situación, soy el primero en valorar el trabajo de mis profesores. Cada día preparan actividades nuevas para nosotros e intentan ajustarse a la clases online. He tenido mucha suerte con los míos, la mayor parte de ellos trata de innovar para que nos sea lo más fácil posible trabajar y aprender desde casa, pero no todos son así. Muchos alumnos de toda España se quejan en redes de la negligencia de universidades y docentes, que no se molestan en adaptarse al difícil estado en el que nos encontramos. Al igual que se están haciendo muchas cosas bien, muchas otras podrían mejorar. A los estudiantes no se nos suele escuchar, y la mayoría de nuestras críticas y opiniones no se tienen en cuenta, pero somos nosotros los que nos estamos jugando nuestro futuro.


Actualmente estudio 1º de Bachillerato. Mis resultados ya cuentan para la EBAU, y estoy preocupado por cómo la situación puede afectar a mis calificaciones, pero a pesar de ello, no soy uno de los estudiantes más afectados. Aquellos que cursan 2º de Bachillerato y los universitarios son los más perjudicados. Los primeros se juegan a una carta gran parte de su nota de acceso a la universidad, en menos de dos meses y mediante un examen presencial. En cambio los segundos han pagado una alta cantidad de dinero para estudiar y ahora no reciben atención por parte de muchos docentes. Muchos alumnos en estos cursos protestan porque sus profesores solamente suben archivos sin explicación alguna, no continuan las clases por videoconferencia, y encima aseguran públicamente que se está continuando el curso con normalidad. Todo esto sumado a la ingente cantidad de trabajo que se manda, en muchos casos ocasiona ansiedad y estrés en los jóvenes. Existe un sentimiento muy extendido de impotencia entre nosotros, quienes no sabemos cómo serán las clases el curso que viene, o algo más vigente, cómo se evaluarán nuestros exámenes.

Desde que comenzó el confinamiento esta es una pregunta que nos hemos hecho muchos. Aunque algunos ya han recibido respuesta, satisfactoria o no, es mejor que la incertidumbre de no saber cuáles serán los criterios para tu evaluación. Ahora que se están realizando pruebas y ejercicios virtualmente, es imposible saber con certeza si alguien ha copiado o no. Muchos profesores se desentienden y ponen enormes cantidades de deberes y exámenes como si aún siguiéramos dando clases presenciales, y se indignan o enfadan al comprobar que sus alumnos han copiado de algún modo. Debido a la negligencia de estos profesores, los alumnos, que somos a los que nos importa la nota, usamos los métodos necesarios para obtener la máxima calificación. Son muchos los que tienen que poner más de su parte para adaptar las actividades a la situación actual, y no pensar que por estar en casa tenemos todo el tiempo del mundo. Dejar a un lado las pruebas escritas con los cuales puedes copiar con solo un clic, o alguien puede hacerlos por ti. Implementar trabajos y proyectos más creativos, que valoren la originalidad, el esfuerzo que han puesto en hacerlo, y el resultado del trabajo sería buena idea. Así dejaríamos de copiar o cooperar entre nosotros para realizar las pruebas, que por cierto, denota gran inteligencia y capacidad de trabajo en equipo. Somos muy buenos rebelándonos contra aquello que nos parece incorrecto, y ahora que disponemos de tan poco tiempo, esta es nuestra forma de hacerlo.


Una medida que asusta a la mayor parte del cuerpo estudiantil es el hecho de retomar las clases presenciales antes de verano. Ya sea para realizar exámenes finales, como la EBAU, o para continuar con normalidad, me parece una decisión precipitada cuyas consecuencias serán exclusivamente negativas. No solo por el hecho de que estudiar desde casa sin explicaciones previas no nos prepara para ello, sino también por las repercusiones que una apertura precipitada de las escuelas puede tener en la población. Uno de los motivos principales por los que interesa reabrir los centros educativos es para estabilizar la economía. Cuanta más gente vaya a trabajar lo antes posible, antes se estabilizará esta. Sería verdad si esta crisis sanitaria estuviese controlada, pero todavía no es así. Asistir a clase lo único que haría sería aumentar el número de contagios, puesto que las escuelas no son lugares aptos para prevenir infecciones. Esto conllevaría una prolongación del estado de alarma y la cuarentena, y por consiguiente, un descenso en la economía, además de un incremento en la curva de contagiados y un posible nuevo saturamiento de hospitales. Justo lo contrario a lo que se quiere. Por eso esta decisión es probablemente la más irresponsable que se puede tomar, porque además de exponer la salud y seguridad de la población, los resultados serían completamente devastadores. Cuando se pueda garantizar un entorno seguro y las medidas de prevención adecuadas, entonces será momento de reabrir colegios, institutos y universidades. Hasta entonces solo nos queda esperar y planificar lo mejor posible el curso que viene, intentando favorecer al alumno y su promoción a este, y evaluando principalmente las notas obtenidas antes de la pandemia. 


Estamos pasando por un momento totalmente nuevo y difícil, así que es ahora más que nunca cuando debemos unirnos y trabajar juntos para salir adelante lo antes posible. Tenemos que ser responsables y coherentes, y tomar las medidas necesarias para que esto sea más sencillo y menos agobiante. Esta crisis es cosa de todos, y es nuestro deber acabar con ella de una forma eficaz. Hagamos las cosas fáciles, y esperemos que dentro de poco, todo vuelva a la normalidad. A una nueva normalidad. 

Aprender en tiempos de cuarentena

Aprender en tiempos de cuarentena

La situación que llevamos viviendo en estos días no ha sido ni mucho menos, fácil. Llevar cincuenta días encerrados en casa, sin poder ver a nuestra familia y amigos o simplemente sin salir a por algo más que comida básica, se ha convertido en el pan de cada día. Escuchar que el número de muertes cada vez es mayor y ver a Fernando Simón por la tele es lo habitual. Parece que estemos viviendo en alguna novela de apocalipsis y zombies. 


Pero empecemos por el principio, ¿qué es el Covid-19 y por qué ha causado tanto daño? Este virus se descubrió en la ciudad china de Wuhan en diciembre del 2019. Es parecido a la gripe, con muchos síntomas en común como fiebre, tos seca o dolor de cabeza, pero su riesgo de contagio es mucho mayor a cualquier gripe y por si fuera poco, también su mortalidad. Mucha gente cree que el gobierno no tomó ninguna medida de seguridad a tiempo y afirman que ya sabían que este virus llegaría a España tarde o temprano. La mayoría de estas personas que echan esto en cara, se quejan de la manifestación del 8M. Reprochan que no se debería haber celebrado, pero lo que no tienen en cuenta es todos los otros cuatro mil eventos más que hubo en el país. No me voy a meter mucho en temas de política, desde mi punto de vista está más que claro que ningún otro partido lo hubiese afrontado mejor. Quizá ha habido algunos fallos, retrasos en cuanto a medidas, pero desde luego, después de escuchar las distintas maneras de gestión de los demás políticos, me alivia que el PSOE esté en el poder. Aunque como en todo, hay gente que está de acuerdo y en desacuerdo. Me parece perfecto que cada uno tenga su propia opinión sobre el asunto, pero casi todos hablamos sin saber. Creo que ninguno de los que estamos aquí presentes, es experto en pandemias. Por tanto, hablamos por hablar y debería haber más respeto en las decisiones del gobierno, que al fin y al cabo están apoyadas en los consejos de estos científicos. Además, veo poca responsabilidad por parte de las personas que han salido con sus hijos a charlar con los demás padres y madres al parque de enfrente.  Cuando tendrían que haber salido diez minutos y no hacer más que estirar las piernas. ¿Qué es eso de dejar que los niños jueguen todos juntos o con el mismo balón? He visto mucha irresponsabilidad por parte de los adultos pero también por parte de los adolescentes. El día que dejaron salir a hacer deporte, las normas permitían que fueran hasta dos personas (de la misma vivienda) a dar paseos o a hacer ejercicio. No decían nada de darnos paseos con las bicis y los amigos. ¿Nos dan un poco de libertad y así actuamos? Se nos ha olvidado la situación tan grave que estamos viviendo. Y en verdad, cualquiera puede pensar que no es tan difícil, pero eso que se lo digan a una persona que tiene un familiar en urgencias infectada por coronavirus. Que por culpa de gente tan insensata como la que sale sin acatar las normas, otras personas están muriendo, porque lo único que consiguen es expandir más el virus.


En cuanto a la educación online, es un tema complicado porque España no está preparada para la educación de este modo.  Ni el país, ni los profesores, ni algunos alumnos… ¿Hacía falta una enfermedad mundial para darnos cuenta de que no tenemos un plan b en cuanto a estudios? Con este nuevo sistema, se intenta que sea lo más parecido a las clases tradicionales. Error. Pienso que en la solución ante este problema, no se están observando algunos detalles. Por ejemplo, en el asunto de las videoconferencias, son cómodas y a simple vista parecen fáciles. Lo que no se tiene en cuenta es que la gran mayoría de alumnos no somos capaces de entender, como en clase, las explicaciones. En mi caso, no puedo seguir bien a un profesor por vídeo que está explicando temario nuevo. Las clases online deberían ser para reforzar lo dado el las dos primeras evaluaciones, no para avanzar. Y eso en el mejor de los casos, porque también está la posibilidad de que en vez de explicar, lo que haga el profesor sea mandar pdfs o vídeos de Youtube. Ante esto, tengo mis quejas. Ya que yo entrego las tareas, él o ella, debería dar clase, por lo menos una vez a la semana. En el caso de los vídeos de Youtube, yo estoy acostumbrada a las explicaciones de mi maestro, no a las de una persona totalmente desconocida y distinta a cada explicación nueva.Otro punto a tener en cuenta, es los alumnos que no dispongan de las tecnologías necesarias para toda esta costosa comunicación. No se pueden exigir unos requisitos, si todos no estamos en igualdad de condiciones.


No obstante, sé lo difícil que es esta situación tanto para nosotros, los alumnos, como para los docentes. Pero no entiendo la continua obsesión de algunos profesores para retomar las clases. El curso está prácticamente finalizado y hay varios que se empeñan en volver para hacer exámenes. Yo no sería capaz de concentrarme y estudiar para quince exámenes. Además, no lo veo seguro, respecto a la salud. Confío que en el próximo curso todo haya vuelto a la normalidad.

Educación en pandemia (Ainhoa González)

Educación en pandemia (Ainhoa González)

05:00h de la madrugada, prepararse: guantes, mascarilla, ropa para soportar los 0 ºC de la nevera gigante. 05.30h más ropa, más protección y a las 06:00h entras.

Cuando sales a las 11.15h al descanso, tienes 15 minutos para quitarte la ropa, hacer tus necesidades, si lo necesitas, tomarte un café (si eres lo suficientemente rápido), volverte a vestir y entrar de nuevo. En esa franja de tiempo, ella coge su móvil, deja sus necesidades a un lado para echar un vistazo a lo que tendrá que hacer en el segundo trabajo que la espera, pero este ya en casa. 

 
Sin darse, cuenta en cuestión de algo más de 48h, el día 13 de Marzo se convirtió en maestra de 2º de primaria. Y así, sin parar ni un segundo hasta la hora de dormir, lleva 36 días.


Todos pensamos que los grandes perjudicados en esta situación que estamos viviendo, por culpa de “la mala gestión del gobierno”, “los Chinos que crearon el virus”, “el planeta que se está vengando”,por lo que sea, somo los estudiantes y los profesores. Y es cierto, no cabe duda.Pero, ¿y todos esos padre y madres que trabajan, llegan a casa y tienen que sentarse con sus hijos a explicarles la lección de la manera que puedan, puesto que no son docentes? Ellos, ¿no sufren esta crisis tanto o más? ¿No merecen una mención?


El ejemplo que he puesto al comienzo es mi madre, trabaja en una fábrica de productos cárnicos, ella en ningún momento de esta pandemia, ha parado de trabajar porque su empleo es de primera necesidad. Y llega de trabajar muerta de cansancio TODOS los días y en vez de sentarse, echarse la siesta o lo que quisiera hacer para cuidarse ella misma, se pone con mi hermano a explicarle la lección.
Y esto para que yo por las mañanas pueda hacer las tareas, estudiar o asistir a las clases telemáticas sin tener que preocuparme por mi hermano, más allá de lo estrictamente necesario. Porque claro, dadas las circunstancias la carga de trabajo también ha aumentado, y es comprensible, no me estoy quejando, nadie ha querido esta situación.


Ahora, (hablo desde mi experiencia, puede ser que otro no haga lo mismo) tienes que leer la tarea, intentar auto-explicartelo, resistir la tentación de pegarte un chocazo porque no entiendes por donde te vienen los palos, estresarte porque no sabes hacerlo, y empiezan los llantos, te das cuenta que esa solo es una de las asignaturas que tienes hoy y que te quedan otras cinco, piensas, respiras, no te queda más agua en el cuerpo, ya la has llorado toda, intentas relajarte y vuelves a empezar. 
Y seguramente que al final lo acabas sacando, porque tus padres te apoyan y te intentan ayudar con todo, hasta el punto de que te contestan dudas de filosofía mientras se duchan. Pero esos 20 minutos de estrés al día te estan marcando a nivel psicológico, a tu cabeza, a tu confianza en ti misma y te llevan a cuestionarse todos y cada uno de los días al menos por un momento, si realmente vales para estudiar.  


Eso es lo que yo opino de esta situación, no sé qué funciona o qué sale mal porque no lo cuestionas, lo haces y punto. Tampoco qué es lo que  nos depara el futuro, lo que sé, es que yo veo esto como una carrera de fondo donde nunca llegas a la línea de meta y cuando ves un mínimo de luz, algunos insensatos se lo cargan por ser egoístas y no pensar en tu tía que está ingresada, tu abuela de 95 años que está en la residencia y aunque lo ha pasado no sabe si está aquí o allá, y muchísimos menos en todos los sanitarios que se juegan la vida por nosotros.

Educación en pandemia

Educación en pandemia

Bueno, ya llevamos casi dos meses sin vernos. Alumnos y profesores mantenemos milagrosamente el contacto, si podemos hacerlo, a través de las pantallas. Seguimos planteando actividades, a veces impartiendo clases, haciendo exámenes online. Todos, alumnos, familias y profesores hemos demostrado cintura y capacidad de adaptación a una situación en absoluto fácil. Así que ya es tiempo de comenzar a opinar, de preguntarnos qué funciona, qué ha salido mal, qué nos preocupa, hacia qué modelo de enseñanza nos dirigimos, qué creemos que nos deparará el futuro incierto. Para poder opinar, aquí tienes algunos artículos que es recomendable leer antes de redactar. Recuerda enviar primero el borrador por Google Docs a mi correo electrónico y después de la correción presentar la versión definitiva en este mismo blog.

https://www.cuartopoder.es/ideas/2020/04/24/el-debate-sobre-la-reapertura-de-las-escuelas-agustin-moreno/

https://elpais.com/sociedad/2020-05-01/la-revolucion-de-los-copiones.html

https://www.elmundo.es/opinion/2020/04/18/5e9b2c52fdddffcf648b4655.html

https://www.lavanguardia.com/participacion/cartas/20200404/48283729781/debate-modelo-educativo-presencial-a-distancia-virtual-pandemia-covid-19.html