ABDICACIÓN PAPAL
El anuncio de la abdicación del cargo de Papa de Benedicto XVI fue acogido con gran sorpresa durante los días de Carnavales y los posteriores a la noticia. Como pudimos conocer a partir de los medios de comunicación, hacía más de 5 siglos, que el máximo representante de Dios en la Tierra no renunciaba a su cargo. Aunque aún tuvo más repercusión la elección divina de un santo padre del nuevo continente, algo inhóspito e impensable unos años atrás, porque el monopolio siempre había sido europeo.
Muchos han sido y son los rumores sobre su decisión pero ninguno de ellos concreta, de una manera acertada, el verdadero motivo: falta de fuerza, debido a las publicaciones por parte del mayordomo, el problema de las violaciones sexuales… Una cosa sí es cierta, la imagen de la Iglesia y de su institución se ha visto, de alguna forma, manchada debido, principalmente, a estos dos últimos sucesos acontecidos.
Actualmente, la Iglesia, como institución cristiana, no es considerada un ejemplo en el cual creer, pero no sólo ella, sino la mayoría de las organizaciones que, en mayor o menor cantidad, tienen poder, riqueza e influencia en un lugar o sobre otra institución. Este mismo criterio podría ser fácilmente aplicable a la persona. Y ese es el principal problema de la Iglesia, las cuantiosas riquezas que acapara y su notable desligamiento de su ideal “La Iglesia con los pobres”.
Respecto a la pregunta de cómo debería ser el nuevo pontífice, jamás nos hubiéramos imaginado que un nuevo mandatario pudiera comportarse y tener la forma de ser de Francisco. Un Papa capaz de mirar por la persona y no por el colectivo, como venimos observando en sus últimas apariciones. Desde mi punto de vista, algo primordial para alguien en su posición porque demuestra que las personas y la vida de cada uno está por encima del poder, del estatus social y de toda riqueza. Ojalá, todo ello y junto con las nuevas “reformas” que se hagan, puedan cambiar la percepción humana de la organización, algo que sin duda beneficiaría tanto a los fieles como a los que no lo son.