Obsolescencia programada
Obsolescencia programada
La obsolescencia programada consiste en limitar la utilidad de un producto. Es decir, un objeto, tras un tiempo calculado dejará de funcionar y resultará obsoleto. Como reacción, se espera que el consumidor compre otro producto o la versión nueva del mismo. A continuación veremos como este método deja paso a una nueva obsolescencia que se produce de manera subjetiva.
El ejemplo más representativo a la definición de obsolescencia programada se puede observar en una empresa fabricante de impresoras. Se descubrió que pasado un tiempo la impresora dejaba de funcionar sin aparente desgaste. Esto podría llegar a ser normal, ya que ninguno producto está exento de fallos, pero cuando se observó que pasaba en un gran número de impresoras, y transcurrido el mismo tiempo desde el primer uso, empezó a despertar suspicacias. Fue entonces cuando un comprador decidió examinar todos los componentes de la impresora y localizó una especie de chip que no estaba en otros modelos. Al no saber para que servía, lo quitó de la impresora y esta volvió a funcionar. Esto se difundió y muchos propietarios realizaron el proceso que se mostraba en el tutorial con resultados satisfactorios. En casos actuales, se recurre a introducir códigos en el propio software del producto para limitar la vida útil. Es más fácil para la empresa pero también más fácil para el consumidor, ya que en la mayoría de los casos basta con resetear el producto al estado de fábrica para que funcione.
Esta obsolescencia sigue existiendo, pero en menor medida, ya que existe una versión renovada del mismo y que no necesita ser introducido por la empresa del producto. Es la denominada obsolescencia por modas, y es la que esta haciendo que el mercado de aparatos electrónicos crezca continuamente. Con simples anuncios o nuevas versiones de productos que no incluyen nada nuevo, se incita al consumidor a comprar aparatos que no necesita o que simplemente ya tiene pero con alguna función nueva. Contra la antigua obsolescencia se podía luchar de alguna forma. Por ejemplo, no comprando productos de una marca hasta que no cambiase su política, pero luchar contra la nueva versión es bastante difícil, ya que se encuentra en la personalidad debido a una sociedad de consumo.
En conclusión, la obsolescencia por modas es difícil de combatir, pero siempre puedes recurrir a unas preguntas para saber si comprar o no un producto. ¿Qué tienes?, ¿Qué necesitas?, ¿Qué me ofrece el nuevo producto? y sobre todo ¿Merece la pena?.
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